La evolución alcista que ha experimentado el precio de la vivienda en la última década en conjunción de un periodo excepcional de tipos bajos, al tiempo que se producía una disminución de los salarios en términos reales ha hecho que nos alejemos en mucho de lo que ha sido una regla de oro a la hora de financiar la compra de cualquier vivienda.
Para numerosas personas en muchos países el aspecto básico a considerar en cuanto al límite de endeudamiento al que debían someterse en la compra de su vivienda era el de un tercio de los ingresos brutos anuales, financiándoos a un máximo de entre 15 - 20 años que nunca bajo ningún concepto debía sobrepasarse.
Otro tercio estaría dedicado al ahorro y el otro tercio para pagar los gastos de la vida cotidiana.
Esto sería lo justo, todo lo que este por encima, debemos calificarlo como pura especulación, abuso y peligro para la subsistencia y supervivencia de una vida equilibrada y con calidad.
Evidentemente siempre se puede apurar y pagar el 99% de nuestros ingresos por la hipoteca que hemos contratado con alguna institución financieras, siendo en muchos casos por casi la totalidad del resto de nuestras vidas (35 – 40 años), pero esto se llama en mi opinión: Esclavitud.
Es como un dicho: Imagínate que estamos en guerra y nadie coge el arma. Lo mismo: Si tuviéramos suficiente valor para unirnos todos, en vez de mirar solamente a nuestro propio rostro, no acudiendo nadie a comprar a estos precios de forma ansiosa no se estaría donde estamos.
Si realmente un país cree que el ladrillo es la única manera de ganarse la vida y de fomentar la economía, esta muy equivocado. La especulación nunca es base de ninguna economía.
Pero por desgracia, parece ser que la base para vivir en muchos países es precisamente hacerlo por encima de nuestras posibilidades, haciendo creer a todos que somos más ricos que nadie.
Lo único cierto que conseguimos al fin y al cabo con este sobre endeudamientos es que nuestra vida sea mucho más vacía. Volviéndonos vulnerables en todos los sentidos, lo que nos lleva a tener que aceptar por cuatro duros cualquier trabajo, al convertimos en marionetas o esclavos del sistema financiero (bancos, cajas, estado, etc)
Hechos constatados:
· Los pisos no valen lo que la mayoría han pagado.
· Las vidas de mucha personas están arruinándose.
· Los bancos han cogido el dinero y lo inviertan en el extranjero ya que se han dado cuenta que a estas alturas aquí ya hay poco que rascar.
· Las inmobiliarias / constructoras y estas grandes empresas que tantos trabajos han creado y que tanto bien supuestamente han hecho para el país, están cerrando una tras otra. ¿Que ha pasado con tantos millones de ganancias?, ¿donde están?.
Podríamos concluir con que a crédito no se vive y a crédito no se financia la economía de un país.
Ahora nos toca ganar el dinero que hemos gastado en los últimos años.
Para numerosas personas en muchos países el aspecto básico a considerar en cuanto al límite de endeudamiento al que debían someterse en la compra de su vivienda era el de un tercio de los ingresos brutos anuales, financiándoos a un máximo de entre 15 - 20 años que nunca bajo ningún concepto debía sobrepasarse.
Otro tercio estaría dedicado al ahorro y el otro tercio para pagar los gastos de la vida cotidiana.
Esto sería lo justo, todo lo que este por encima, debemos calificarlo como pura especulación, abuso y peligro para la subsistencia y supervivencia de una vida equilibrada y con calidad.
Evidentemente siempre se puede apurar y pagar el 99% de nuestros ingresos por la hipoteca que hemos contratado con alguna institución financieras, siendo en muchos casos por casi la totalidad del resto de nuestras vidas (35 – 40 años), pero esto se llama en mi opinión: Esclavitud.
Es como un dicho: Imagínate que estamos en guerra y nadie coge el arma. Lo mismo: Si tuviéramos suficiente valor para unirnos todos, en vez de mirar solamente a nuestro propio rostro, no acudiendo nadie a comprar a estos precios de forma ansiosa no se estaría donde estamos.
Si realmente un país cree que el ladrillo es la única manera de ganarse la vida y de fomentar la economía, esta muy equivocado. La especulación nunca es base de ninguna economía.
Pero por desgracia, parece ser que la base para vivir en muchos países es precisamente hacerlo por encima de nuestras posibilidades, haciendo creer a todos que somos más ricos que nadie.
Lo único cierto que conseguimos al fin y al cabo con este sobre endeudamientos es que nuestra vida sea mucho más vacía. Volviéndonos vulnerables en todos los sentidos, lo que nos lleva a tener que aceptar por cuatro duros cualquier trabajo, al convertimos en marionetas o esclavos del sistema financiero (bancos, cajas, estado, etc)
Hechos constatados:
· Los pisos no valen lo que la mayoría han pagado.
· Las vidas de mucha personas están arruinándose.
· Los bancos han cogido el dinero y lo inviertan en el extranjero ya que se han dado cuenta que a estas alturas aquí ya hay poco que rascar.
· Las inmobiliarias / constructoras y estas grandes empresas que tantos trabajos han creado y que tanto bien supuestamente han hecho para el país, están cerrando una tras otra. ¿Que ha pasado con tantos millones de ganancias?, ¿donde están?.
Podríamos concluir con que a crédito no se vive y a crédito no se financia la economía de un país.
Ahora nos toca ganar el dinero que hemos gastado en los últimos años.
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