Obviamente como he comentado anteriormente, algunas de las personas que tienen cierto peso en el mercado inmobiliario y de la construcción empiezan a contemplar con buenos ojos una bajada en los precios, ya que en la actualidad los precios que se pagan son sencillamente los máximos que se pueden pagar, así que en principio podríamos pensar que son los sueldos no las hipotecas las que no dan para más.
Pero claro, achacar el problema de que no se pueda comprar una vivienda en la actualidad a la insuficiencia de los sueldos, seria hacer no solo una valoración ya simplificada del problema sino del todo errónea, puesto de esta forma, solo conseguiríamos que el precio de la misma volviera aumentar. En este punto, juega un papel muy importante nuestros dirigentes políticos, estos que casi en los últimos 8 años y sean del color que sean lo único que han hecho, ha sido vender el país a grupos empresariales sin escrúpulos; y que como tal y sin ningún tipo de reparo han conseguido que después de casi 9 años hoy día tengamos en los bolsillos menos de lo que teníamos al comenzar este proceso (eso si, entre medias han sabido hacerse con cientos de miles de millones de euros).
Por ello si bien no seré yo quien diga que los empresarios del sector del ladrillo, al igual que el resto de empresarios o trabajadores sean del sector que sean, no deban de tratar de ganar el máximo posible en su actividad, salvaguardando claro esta el estricto cumplimiento de las normas y leyes, hecho que en este país al igual que en otros merece en ciertos casos capitulo a parte, por ello tendríamos que haber sabido obtener de nuestros politos mejores medidas económicas, que hubieran ayudado a una ralentización en el alza de los precios de las viviendas así como de los terrenos, ya que simplemente de haber querido apostar con decisión y firmeza por las viviendas en régimen de alquiler (en todas sus modalidades), o por la vivienda protegida, no se hubiera llegado o al menos no en tan corto plazo a la situación de agotamiento del mercado, y sin que con ello en ningún caso, como nos han querido vender en muchos momentos, se hubiera puesto en riesgo el correcto crecimiento del sector de la construcción.
Pero claro, achacar el problema de que no se pueda comprar una vivienda en la actualidad a la insuficiencia de los sueldos, seria hacer no solo una valoración ya simplificada del problema sino del todo errónea, puesto de esta forma, solo conseguiríamos que el precio de la misma volviera aumentar. En este punto, juega un papel muy importante nuestros dirigentes políticos, estos que casi en los últimos 8 años y sean del color que sean lo único que han hecho, ha sido vender el país a grupos empresariales sin escrúpulos; y que como tal y sin ningún tipo de reparo han conseguido que después de casi 9 años hoy día tengamos en los bolsillos menos de lo que teníamos al comenzar este proceso (eso si, entre medias han sabido hacerse con cientos de miles de millones de euros).
Por ello si bien no seré yo quien diga que los empresarios del sector del ladrillo, al igual que el resto de empresarios o trabajadores sean del sector que sean, no deban de tratar de ganar el máximo posible en su actividad, salvaguardando claro esta el estricto cumplimiento de las normas y leyes, hecho que en este país al igual que en otros merece en ciertos casos capitulo a parte, por ello tendríamos que haber sabido obtener de nuestros politos mejores medidas económicas, que hubieran ayudado a una ralentización en el alza de los precios de las viviendas así como de los terrenos, ya que simplemente de haber querido apostar con decisión y firmeza por las viviendas en régimen de alquiler (en todas sus modalidades), o por la vivienda protegida, no se hubiera llegado o al menos no en tan corto plazo a la situación de agotamiento del mercado, y sin que con ello en ningún caso, como nos han querido vender en muchos momentos, se hubiera puesto en riesgo el correcto crecimiento del sector de la construcción.
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